La Sierra de Alor y la población aledaña de San Jorge de Alor pertenecen a la comarca de los Llanos de Olivenza, al sur de la capital de la provincia de Badajoz, limitando con las dehesas de jerez y a muy poca distancia de la región portuguesa del Alentejo, a la que pertenecía hasta 1801, cuando pasó a ser española.
La Comarca de Olivenza está compuesta por 11 municipios. Es un territorio de carácter transfronterizo, que ha marcado el desarrollo económico, social y cultural de la comarca. Extensas dehesas constituyen hogar común para la ganadería tradicional y la fauna silvestre, salpicadas de antiguos castillos y pueblos encalados con la habitual arquitectura portuguesa. La raya hispanolusa, una de las fronteras más antiguas de Europa, le da una impronta peculiar a la comarca, con tradiciones e historias muy peculiares. El agua, gracias al Río Guadiana y al lago de Alqueva, es un gran aliciente de este territorio que tiene mucho más que ofrecer a los ecoturistas.
- Es una zona de muy fácil acceso, con lugar para aparcar y a escasos 500m por carretera de la pedanía de San Jorge.
- Posee cartelería actual y fácil de entender sobre las especies botánicas de la zona. El camino principal está señalizado y la ruta es circular, de máximo 12 km aunque pueden acortarse.
- Posee un mirador y una atalaya a 611 msnm desde las que se domina la comarca entera, en bastante buen estado.
- La zona es sombreada y en los alrededores del mirador hay merenderos y varios chozos tradicionales, unos reconstruidos y otro, como el del Tio Pelinhas, en ruinas.
- A pesar de la afluencia de público, el lugar posee un buen estado de conservación y alto valor ecológico. Las especies bandera son fácilmente localizables aunque a veces es necearia la ayuda de un guía de la zona.
Propuestas para mejorar:
- No todos los caminos están señalizados. Si no se conoce la zona o no se poseen habilidades de orientación en el medio, es posible perderse.
- Los chozos están abiertos y son lugar donde se acumula la basura de los excursionistas. No hay cartelería que inste a la recogida y vuelta de la basura, ni lugares de recogida.
- El cartel de la atalaya donde se informaba de las localidades que se veían ha sido destruido y no repuesto, al igual que el del mirador.
- No hay carteles sobre la avifauna, ni otro tipo de fauna que es posible encontrar.
- No hay control efectivo sobre la recolección ilegal de ponías o sobre los destrozos que causan las masa de gente que suben en días de romería o fiesta.
- Los lugares de Ceratocapnos no están protegidos contra la recolección, pisoteo o ramoneo de los rebaños de ovejas que entran.
El futuro del territorio referido pasa por mejorar tanto la gestión del lugar como la vigilancia y regulación de las visitas para evitar una degradación irreversible que le haga perder el valor del que goza actualmente y que es la principal atracción para los excursionistas. Se propone la creación de microrreservas de flora para proteger estas singularidades de una forma más eficaz.
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