Este lugar fue bautizado por los árabes como Al-Mofrag, "El abismo", cuando construyeron su fortaleza sobre una fortificación del pueblo celta para defenderse de los romanos: desde aquí puede verse gran parte del Parque Nacional de Monfragüe. Bajo nuestros pies encontramos pinturas rupestres, restos de los antiguos hombres que ya entonces encontraron que éste es un lugar muy estratégico.
A un lado puede observarse una torre cilíndrica, de la etapa cristiana, a al igual que la torre del homenaje, y al otro lado tenemos una ermita más moderna con una talla del siglo XII de la Virgen de Monfragüe, traída desde Jerusalén por la Orden de cruzados de Monsfrag. La torre del homenaje, del siglo XV, tiene forma pentagonal, como la quilla de un barco que apunta al lugar que hay que defender, típico de las órdenes de caballeros cruzados.
Si miramos hacia el sur, podemos ver que la vegetación de esta vertiente, la solana, es bastante más xerófila, es decir, adaptada a temperaturas más altas y menor cantidad de agua: son las encinas y la vegetación de dehesa, con jarales, cantuesos y retamas. Esta vertiente ha sido más transformada por el ser humano, con amplias extensiones de dehesas ganaderas y de agricultura, uno de los ecosistemas más sostenibles que existen.
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