Cuando nos levantamos llovía a mares. Estuvimos mirando el teléfono continuamente por si se cancelaba la aventura. Pero no se canceló. Al llegar a la parada de autobús de Campo da Barca, allí ya estaban Pedro, Sandra, Pepe y el monitor montados en el Defender rojo.
Tras atravesar la isla hacia el oeste, llegamos a Paúl da Serra, en lo alto de la zona oeste de la isla. Allí arriba estaba todo lleno de laureles y ericáceas, pero muy bajitos, debido a las condiciones de viento que deben de azotar esa zona tan alta. Allí nos equipamos y bajamos 50 minutos de levada (con truchitas lindas que corrían y saltaban a nuestro lado!!) hasta el principio del descenso.
Allí ya nos ajustamos los areneses, nos dieron los consejos de seguridad y algunos hicieron sus primeros saltos al vacío... yo preferí bajar haciendo rapel.
La lluvia arreciaba pero se estaba bien. Mojados estábamos pero mientras te movías no se sentía tanto el frío. Rondaríamos los 20 grados.
El lugar era precioso. Largas piscinas cubiertas por dosel de ramas, cañones estrechos con las paredes llenas de musgo y helechos, zonas que no podríamos haber visto si no era de aquella manera. 5 rapeles, piscinas de agua helada con doseles verdes, saltos y naturaleza increíble.
Pasé frío y me hice daño, pero lo repetiría sin dudar.
NOTA: Todas las fotos y el vídeo son de Pedro, nuestro compañero de la SPEA en Cabo Verde, que vino a hacernos una visita y propició esta aventura. Obrigadinha!!
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