martes, 29 de noviembre de 2016

Ruta Castaños Milenarios y geositio de Chorrera de Calabazas


El primer día de helada en Castañar de Ibor salimos con un grupo de chicas de Navezuelas y una familia de Almendralejo para visitar el geositio de la Chorrera de Calabazas  y sus castaños milenarios

Esta pequeña ruta lineal apta para todas las edades, con unos 8 km de longitud (ida+vuelta) que empieza a la salida del pueblo Castañar de Ibor, junto al aparcamiento del hotel Solaire, donde encontraremos el cartel que señaliza su inicio.

El sol iba acariciándonos entre las hojas caducas y de los castaños que bordean el camino. Algunos madroños iban haciendo las delicias de los más pequeños, al igual que las castañas; los frutos recolectados por uno mismo siempre saben mejor...



Tras la pequeña subida entre castaños y huertos cubiertos de escarcha temprana, en la que encontramos larvas de tritón pigmeo (Triturus pigmaeus) en un charco del camino y llevamos una animada charla sobre el bosque y sus frutos, llegamos a una zona donde el castañar daba paso a un robledal de brinzales y pies de renuevo que daban otro color al aire. Los pequeños triscaban por las cárcavas de los arroyos y buscaban más tritones, setas y cualquier otra cosa que les llamara la atención, mientras los mayores observábamos las hozaduras de los jabalíes y las huellas de algunos de ellos que dejaban en la tierra negra. 


Foto de grupo en los Castaños de Calabazas
Al final del sendero que llaneaba entre los robles encontramos por fin el primero de los 17 grandes castaños, protegidos como Árboles Singulares, que iban a acompañarnos: se trata del Castaño del Postuero, de 700 años, que por estar alejado del arroyo de Calabazas, que da nombre al lugar, ha desarrollado unas largas y llamativas raíces por fuera del suelo para conseguir el preciado líquido. Nos llamó la atención además su gran diámetro y tratamos de abrazarlo (intentando no pisar sus raíces, por supuesto) para lo que necesitamos casi 10 personas. Las ramas se levantaban 17 metros por encima de nuestras cabezas y nos preguntamos qué cosas habría visto este castaño en todos sus años vividos.
Hace más de 700 años, cuando el castaño del Postuero brotó de una castaña y apenas sería un brote más en el suelo del bosque, Fernando III el Santo estaba conquistando Jaén, Sevilla o Córdoba, y por supuesto, Extremadura. En estas tierras recién conquistadas, los habitantes ya llevarían siglos aprovechando el castaño como un recurso heredado de tiempos romanos (probablemente), que fueron quienes trajeron esta especie a la Península. Imaginamos todos los hechos históricos, la cantidad de sucesos climatológicos que habría tenido que afrontar, las enfermedades y depredadores que habría sorteado, siempre sin moverse del mismo sitio en el que nació...


Las largas raíces del Postuero que casi alcanzan las aguas del arroyo Calabazas

Un poco abrumados por la edad del fantástico castaño, nos acercamos a otro de los singulares pies que íbamos a ver. Este es otro de ellos, el Castaño del Hueco, utilizado como resguardo antaño por cabreros, tomó esta forma al resbalar el canchal sobre el que está asentado, y el árbol se apoyó en el suelo para compensarlo y seguir creciendo hacia arriba. Estas pedreras son muy habituales en esta zona, y son llamadas calabazas o melonares en la región, de ahí el nombre del arroyo.




Falsa oronja, matamoscas (Amanita muscaria)
Más adelante el sendero se estrecha durante un kilómetro mientras transita junto al arroyo a través de una espesura de helechos ala de águila (Pteridium aquilinum). Las niñas iban buscando y fotografiando cada seta que encontrábamos, y nos detuvimos un ratito a contemplar esta preciosa "seta de los pitufos" como ellas dijeron (Amanita muscaria) que crecía bajo un pie de Loro (Prunus lusitanica), una de las joyas de vegetación del Geoparque Villuercas, ya que es una especie de la vegetación arctoterciaria (que estaba aquí antes de la glaciación) y encontró el los estrechos valles de la comarca un refugio contra los hielos perennes que duraron muchos miles de años. En el Geoparque tenemos una de las mejores poblaciones de loro de España, con unos 8000 ejemplares.

Más adelante, cuando ya podíamos escuchar la pequeña cascada de la chorrera de Calabazas, el paisaje que se abría ante nuestros ojos nos obligó a parar para disfrutar de las vistas del valle de Gualija y la sinclinal del Guadarranque, otro importante geositio del Geoparque.



Panorámica del valle del Gualija, las sierras de Valdelacasa y la sinclinal del Guadarranque


Descendimos con mucho cuidado por la pedrera que da acceso a la zona de la Chorrera de Calabazas, que no nos defraudó, a pesar de no llevar demasiada agua. Las niñas y el perro que nos acompañaba se acercaron para ver de cerca la pared mojada sobre la que crecen numerosos musgos con curiosidad; algunas hasta se mojaron los pies y las manos queriendo tocar el chorro de agua que caía desde lo alto de la cascada, unos 6 metros más arriba. El lugar estaba sombrío y húmedo; tras la sesión de fotos comenzamos a notar que el frío se nos metía en los huesos así que decidimos ascender hasta los bloques cuarcíticos en los que daba el sol para encaramarnos a ellos como lagartijas al hastial y comernos los bocadillos. Hablamos de los Castaños de Calabazas, de que están protegidos por la ley como Árboles Singulares debido a su porte y a su edad, y de algunas barbaridades que se han hecho este mismo año en otros árboles singulares extremeños a causa de una mala gestión de los conflictos con los dueños de la finca y el turismo.


¿Se nota que tenemos frío?

Finalizamos la jornada volviendo por el mismo camino que parecía otro, ya que ahora lo vestía la luz del atardecer, con algunos insectos que aprovechaban la tibieza del sol para calentarse y salir. Fuimos recogiendo todas las latas y paquetes de tabaco que encontramos por el camino, ya que a todos nos dolía encontrar toda esta basura y se nos removía algo por dentro. Me alegró comprobar que algunas de las niñas acabaron ayudándome a encontrar y recoger latas y bricks.

Y ya con el sol de la tarde dimos por finalizada esta estupenda excursión, con la sensación del tiempo bien empleado. 

2 comentarios:

  1. Muy bien Marta!! Eres un lujazo para Extremadura. Estoy deseando hacer una ruta contigo. Mil besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola!! Pues cuando quieras, ya sabes que las podemos organizar a petición :D o te puedes apuntar a cualquiera de las que organizamos TODOS los fines de semana.

      Un beso!

      Eliminar